miércoles, 31 de octubre de 2012

PANAMÁ: Apuestas en Cifras


Muchos expertos coinciden en que el mayor acceso a salas de juego y por ende a las apuestas, se constituye en un factor generador de ludopatía en la población. Por ello se colige que a mayor número de salas de juegos, las apuestas se incrementaran y las probabilidades de prevalencia de ludopatía en la población se proyectarían con una tendencia creciente. Esos son los pasos que está siguiendo la industria del juego en Panamá, en que pareciese que para el Estado es más importante llenar las arcas públicas que velar por la salud mental de sus habitantes y de mejores condiciones de vida.
Panamá es un país donde la industria del juego está atravesando por una bonanza económica sin precedentes en su historia. Hasta el año 2012 el gobierno ha  otorgado 69 concesiones de salas de juego en todo el país, que están en manos de 18 empresas, principalmente internacionales.
69 CONCESIONES
17 SALAS DE CASINOS COMPLETOS
29 SALAS DE MAQUINAS TRAGAMONEDAS TIPO "A"
20 AGENCIAS DE APUESTAS
2 SALAS DE BINGOS
1 HIPODROMO
Según datos de la Junta de Control de Juegos, en Panamá las apuestas brutas en las salas de juegos (no incluye la Lotería Nacional) fueron de 1,568 millones de dólares, un incremento de 18.2% con respecto al año anterior. Entre el año 2007 y 2011 el incremento en las apuestas ha sido cerca del 40%.
Los ingresos brutos de los operadores de salas de juego se ubicaron en 354 millones de dólares en el año 2011, un incremento de 16.8% con respecto al año anterior. Entre el año 2007 y 2011 el incremento en los ingresos brutos ha sido algo superior al 50%.

El 54% de las apuestas brutas se concentran en las máquinas tragamonedas, 24% en la lotería y 18% en otros tipos de juegos de azar.
El Estado recibió en concepto de pagos por parte de las salas de juego un monto de 63.2 millones de dólares, representando un incremento de 27.4% con respecto a los pagos recibidos en el 2010. El 48% de los pagos provienen  de las máquinas tragamonedas tipo A, 30% de los casinos completos y 22% de otras actividades de suerte y azar. Entre los años 2007 y 2011 el incremento en los pagos represento un 107%.
Por otro lado, las ventas netas de la Lotería Nacional de Beneficencia se incrementaron en 3.0% en 2010 con relación al 2009. Asimismo, el ingreso bruto se aumentó en 9.5% durante el mismo período, pasando de B/151.6 millones a B/.166.0 millones.
El aporte de esta institución al Tesoro Nacional es significativo. En el año 2010 se transfirieron B/.88.5 millones, representando un 9.8% de crecimiento con respecto a los B/.80.6 que se transfirieron en el 2009. Estos buenos resultados financieros se deben a que el monto de emisión y ventas tiene una tendencia ascendente.
Otros aportes importantes se observan en las comisiones pagadas en el 2010 a los 11,839 billeteros, que fueron de B/.52.4 millones, un 2.9% mayor que los B/50.9 millones que recibieron 11,734 billeteros en el 2009. La Lotería también hace algunas otorga subsidios sociales por el orden de los B/.2.0 millones anuales. 
Si sumamos los ingresos brutos en apuestas de las salas de juegos y la Lotería Nacional, éstos fueron de 460 millones de dólares, mientras que las transferencias totales al Fisco se ubicaron en 151.7 millones de dólares, es decir, por cada dólar destinado a apuestas en juegos de azar, el Estado recibe 33 centavos de dólar.
En Panamá se estima que las apuestas representaron 536 dólares anuales por habitante en el año 2010, un gasto 2 veces mayor que los 250 dólares anuales que gastados en juegos de azar por habitante en América Latina. Las cifras anteriores son aún preocupantes si observamos que en el año 2000 se apostaban solamente 123 dólares anuales por habitante. Según nuestras propias estimaciones, en el año 2015 las apuestas por habitante prácticamente se duplicaran.

Autor: Carlos Bellido

miércoles, 24 de octubre de 2012

Mercaderes del Juego: Proliferación de Casinos en Panamá

PROLIFERACIÓN DE CASINOS
Mercaderes del juego

Por: Carlos Bellido

Una vez más ha quedado demostrada la indiferencia social del Gobierno, a través de la Junta de Control de Juegos, a la hora de regular la irracional proliferación de casinos en Panamá, que cada vez más atrapan a nuestra población y gestan nuevos ludópatas o adictos al juego. A esta adicción contribuyen los esloganes publicitarios que se utilizan para atraer al público, en general, ofreciendo un ideal de lujo, suntuosidad, esparcimiento, diversión y entretenimiento.

Estas estrategias publicitarias tienen por objeto instalar el pensamiento mágico popular de alcanzar un éxito inmediato, de la noche a la mañana, asociándolo a la participación en diversos juegos de azar. Sin embargo, lo que en realidad se busca es promover, fomentar e impulsar el juego en el contexto de una politica estrictamente comercial llevada a cabo por las empresas o establecimientos que explotan los casinos o salas de juego, en la búsqueda de una ecuación económica que brinde la mayor utilidad posible. En síntesis, cuya finalidad es esencialmente de lucro.

El Estado no puede estar ausente, debe intervenir en esta problemática social, sin que necesariamente eso se constituya en una traba u obstáculo a la industria del juego en Panamá, sino para regular la actividad con un criterio de razonabilidad, considerando que están en juego intereses trascendentales como la protección de la salud de las personas que manifiestan tendencias hacia esa actividad compulsiva, la protección de su grupo familiar, así como la defensa de los derechos de los consumidores y usuarios de juegos de azar.

No me opongo a la apertura de casinos en grandes hoteles o en lugares turísticos, porque fomenta la inversión, la generación de empleos y la recaudación de impuestos, pero sí me preocupa la ubicación de estas salas de juegos en lugares populares, caracterizados por una población de bajos recursos económicos, con necesidades latentes en materia de salud, educación y empleo, entre otras.

No entiendo la política de la Junta de Control de Juegos que otorga concesiones para casinos, principalmente, y a las operadoras de máquinas tragamonedas, en estos lugares, considerados socialmente sensitivos.

El caso más insólito lo vemos en la terminal de transporte y en el centro comercial de Albrook, que es el paso obligado de miles de personas que viajan desde y hacia el interior del país, o lo hacen hacia o desde Panamá oeste y Panamá este, ya sea para ir a sus puestos de trabajo, realizar diligencias personales o hacer compras.



Allí funcionan dos salas de máquinas tragamonedas, por cierto, pertenecientes a una misma empresa, con un total de 750 máquinas que, según mis estimaciones, pueden generar cada una 20 mil dólares anuales o 15 millones de dólares de ingresos brutos, cuya mayor parte se la llevan sus propietarios y una pequeña porción la recibe el Gobierno en concepto de impuestos, lo que al parecer es lo único que le interesa.

¿Y quiénes son los llamados a financiar estas cifras astronómicas de dinero? La respuesta salta a la vista: los humildes panameños que buscan esa ilusoria esperanza de ganar dinero de manera fácil. Señores de la Junta de Control de Juegos, ¿cuándo van a empezar a defender los intereses del pueblo?

lunes, 22 de octubre de 2012

Juego Responsable

EL PELIGRO DE LA LUDOPATÍA.

Juego responsable en Panamá
Carlos Bellido


Desde hace algún tiempo insistimos en la necesidad de que el Estado regule y fiscalice con mayor eficiencia los juegos de azar. Sabemos que es una actividad que genera millones de dólares anuales, miles de empleos y aporta al fisco, pero también se puede convertir en un problema de salud pública, principalmente en los niños y adolescentes, a través del continuo crecimiento de la ludopatía o juego compulsivo, que ya ha empezado a causar estragos sociales y económicos en el seno de miles de familias panameñas, y que al parecer nadie ve o quiere ver.

El problema es más serio de lo que se piensa. He visto cómo niños no mayores de 12 años practican juegos de azar transitorios en las fiestas patronales o en los carnavales, compran chances o billetes de lotería, los padres los mandan a vender rifas, entran al internet a jugar casino online o aquellos estudiantes que se gastan el dinero de su pasaje o merienda en los videojuegos.

Recientemente se reunieron en Argentina las asociaciones de operadores y cámaras de fabricantes del sector de los juegos de azar de Latinoamérica (SAGSE), para coordinar estrategias en común y potenciar a la industria que representan, con la participación de Argentina, Colombia, Perú, Paraguay y Panamá. En esta reunión se trataron temas relacionados con la seguridad jurídica, inversión, impuestos y recaudación de la actividad del sector. Por ningún lado se mencionó el serio problema de la ludopatía. Aníbal Salomón, presidente de la Cámara Paraguaya de Juegos de Azar, señaló: "Tenemos que lograr cambiar la imagen del sector, ya que existen muchos tabúes sobre esta industria. Tenemos que desmitificarla y que nos dejen de ver como Satanás". Si quieren lograrlo tendrán que empezar a darle mayor importancia al tema de la prevención y rehabilitación de los jugadores compulsivos.

Los programas de prevención y rehabilitación de personas con problemas de juego en nuestro país son casi inexistentes, salvo algunas pocas iniciativas que se han empezado a gestar, como la creación de la Asociación de Ludópatas Anónimos de Panamá (ALAPA) -ya desaparecida-, el pequeño mensaje "Juegue Responsablemente" que se menciona en los comerciales de algunos casinos en los medios de comunicación, o algún pequeño folleto que aclara muy poco sobre el concepto de juego responsable.

El tipo de campaña que se tiene que adoptar para evitar el juego descontrolado tiene que ser integral y mucho más profundo de lo que se practica actualmente. En primer lugar, no debe ser únicamente responsabilidad de los casinos, sino que deben participar otros actores como la Lotería Nacional, el Hipódromo, la Junta de Control de Juegos, el Ministerio de Salud y otros agentes vinculados al sector de los juegos de azar. Por otro lado, hay que concienciar masivamente a la población sobre los efectos perjudiciales para la salud y la familia que puede provocar el juego descontrolado e irracional.

Las empresas del sector deben implementar acciones para promover el juego responsable. Para ello tienen que difundir entre sus empleados, clientes y en la comunidad los beneficios del juego sano y recreativo, así como los riesgos del juego compulsivo, brindando la suficiente información. De hecho considerar al juego como una alternativa más de esparcimiento e intentar prevenir o mitigar los efectos nocivos que puede provocar una participación desordenada o compulsiva en los juegos de azar. En este sentido, es importante que contribuyan a la detección precoz y orientación adecuada de las personas que padecen problemas con el juego.

Es recomendable que capaciten a todo su personal con actualización periódica sobre el juego responsable, proporcionen a los clientes material con los conocimientos básicos sobre juego responsable, juego inmoderado y autoexclusión voluntaria, apoyar el funcionamiento de una línea telefónica para orientación a jugadores o familiares en problemas, disponer de personal especializado para atender consultas en las áreas de juego y concertar entrevistas de orientación por medio de consejeros e implementar el funcionamiento de una página web para guiar sobre el tema.

Quiero finalizar con algunas recomendaciones para la Junta de Control de Juegos del Ministerio de Economía y Finanzas. Primero, supervisen más de cerca la actividad de los juegos de azar en todas sus modalidades, para que no afecten a nuestros niños y jóvenes adolescentes y, en segundo lugar, propongan la modificación de la actual Ley que regula la actividad de los juegos de azar, incorporando mayores responsabilidades a los operadores (públicos y privados) en temas como la prevención y rehabilitación de jugadores compulsivos, así como el otorgamiento del apoyo financiero a todas las organizaciones que se involucren formalmente con estos temas. Hay recursos para hacerlo. El Estado recibe cerca de 150 millones de dólares anuales por la explotación de los juegos de azar.

El autor es catedrático universitario

domingo, 21 de octubre de 2012

Investigaciones

Panamá es una de las ciudades del mundo con mayor concentración de casinos y el país en América Latina, en que más se apuesta por la relación entre el número de establecimientos y la población.

Esta aseveración surge del trabajo investigativo sobre la prevalencia de Ludopatía, cuyo autor es el el economista y docente de la Universidad de Panamá, Carlos Bellido.
En el estudio se alerta sobre la prevalencia de la Ludopatía en la región de Azuero, en donde se estima que casi el 5 por ciento de las personas mayores de 18 años en esa región confrontan problemas por los juegos (casinos y otros), concluyéndose que unos 6 mil azuerenses presentan señales de ludopatía (adicción patológica a los juegos de azar).
La investigación, considerada como una de las primeras que aborda la presencia y problemática de la ludopatía en la sociedad panameña, se presenta al país como una denuncia y evidencia de la adicción y dependencia de muchos panameños por los juegos y el vicio.